La atención a la diversidad en el centro escolar debe entenderse como el conjunto de propuestas curriculares y organizativas que persiguen adecuar las respuestas educativas a la pluralidad de necesidades de todos y cada uno de los alumnos y alumnas para que alcancen los objetivos y contenidos de la etapa.
Las medidas de atención a la diversidad en un centro pueden desarrollarse por parte del equipo docente coordinando iniciativas diferentes que sean, en la medida de lo posible, coherentes entre sí. Todo ello se consigue a través del trabajo cooperativo y colaborador, con decisiones colectivas. Además, es fundamental que exista un horario que garantice las reuniones.
La atención a la diversidad conlleva la atención a las características individuales y sus necesidades. Y, por lo tanto, es necesaria una enseñanza adaptativa para prevenir las dificultades. Además, es necesario hacer hincapié en los refuerzos y los desdobles, así como en los agrupamientos flexibles; los criterios para los agrupamientos deben ser acordes con las necesidades educativas de los alumnos.
La diversificación compromete al profesorado y a sus órganos de gobierno y de coordinación docente e implica la gestión compartida de los distintos niveles de planificación curricular y organizativa como son el Proyecto educativo, el curricular, las programaciones didácticas y las que se desarrollan en el aula.
Haciendo referencia a la enseñanza adaptativa como prevención de las dificultades de aprendizaje, debe usarse para brindar una enseñanza más individualizada. Es necesario decir que en muchos casos los docentes atribuyen dificultades de aprendizaje a determinados alumnos cuando su rendimiento no es el de la mayoría o no se corresponde con lo previsto. En la mayoría de los casos, estos docentes utilizan programas dirigidos a un “alumno medio”, por lo que en ningún momento se está atendiendo a la diversidad. Probablemente, los alumnos con dificultades requieren intervenciones educativas singulares, un tipo de orientación y guía diferente al resto de los alumnos.
Elaborar respuestas pedagógicas nuevas, centradas en el alumno, implica diseñar las condiciones educativas de su escolarización y las experiencias de aprendizaje, ya que ambas constituyen la base de que el profesorado se sirve para atribuirles necesidades de aprendizaje.
En lo que respecta a la participación de los estudiantes y normativa del centro, es fundamental la existencia de estructuras de participación de los alumnos para que las actividades educativas y de aprendizaje tengan en cuenta los intereses opiniones y capacidades de los propios alumnos. Para todo ello, es importante los alumnos participen en la Junta de Evaluación, potenciando, a su vez, la figura del delegado.
A su vez, es fundamental exista el diálogo y la armonización de las distintas concepciones que se manifiestan ante cualquier actividad educativa y la concertación de las conductas de profesores y estudiantes es el mejor modo de considerar las peculiaridades de alumnado tanto en relación a sus reflexiones y razonamientos como respecto a su estilo de aprendizaje. Por lo que, es necesario que las necesidades y las características de los alumnos sean explícitas, ya que facilita al profesor la planificación. Por otro lado, es fundamental que la normativa contemple la pluralidad del alumnado.
Por otra parte, al hablar de del proyecto curricular de centro como medida de atención a la diversidad debemos comprender que se trata del primer ajuste del currículum oficial a las características del instituto y su entorno, por lo que deben figurar medidas educativas de calidad; a su vez, debe ser capaz de ajustarse a las características de cada alumno.
Además, los objetivos educativos deben integrar los cinco tipos de capacidades que configuran el currículum de la etapa. En cuanto a los contenidos, es necesario que la determinación de los contenidos de las distintas áreas garantice la presencia equilibrada de los tres tipos de contenidos ya que se trata de fomentar el logro de objetivos variados por parte de los alumnos.
También, es necesario que la elaboración de los criterios de evaluación tome como referente los objetivos y contenidos destacados en el Proyecto curricular del centro.
Para entender la diversificación curricular tenemos que analizar los contextos escolares de los alumnos y los contextos de enseñanza-aprendizaje como la práctica del profesorado, las capacidades del niño o los materiales curriculares.
Para que sea posible la diversificación curricular, es necesario que se dé una normalización y una respuesta individualizada. Por otro lado, el currículum debe estar basado en los intereses del alumno e incluir tres áreas mínimo del currículum básico; y, por último tener dieciséis años o más.
En cuanto a la optatividad, es básica para contribuir a la adquisición de capacidades básicas y atender a las necesidades, expectativas y posibilidades de cada alumno. Podemos entender la optatividad como respuesta a la diversidad, siempre que se cumplan fundamentalmente cuatro situaciones. Por un lado, las materias deben ser interdisciplinares globalizadas y mediante proyectos. A su vez, debe haber materias orientadas al ámbito laboral y profesional. Los alumnos deben contar con información y reflexión para elegir las materias. Y, por último, para que realmente exista una optatividad, debe haber diversidad y pluralidad de materias.
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