miércoles, 19 de octubre de 2011

La educación, fenómeno humano (14/10/11)

Lo más característico de los seres humanos es que somos capaces de aprender de nuestros iguales; es decir, a prendemos de los otros, que nos transmiten los conocimientos acumulados por nuestros antepasados.
En cuanto a los animales,  son capaces de sobrevivir en su ambiente ya que precisan de conocimiento del medio en que viven. Pero ese conocimiento está en gran medida determinado por disposiciones con las que nacen.
Sin embargo, muchos animales no se limitan a producir las conductas adecuadas en las situaciones adecuadas en las situaciones adecuadas, tal y como prescribe su dotación genética, sino que aprenden y adquieren conductas nuevas, lo que facilita su adaptación al medio.  Entendemos por culturas animales a la capacidad de ciertos animales de transmitir de unos a otros ese aprendizaje.
Por otro lado, además de la capacidad de aprender de nuestros iguales, los seres humanos son capaces de crear y modificar el ambiente de acuerdo con sus necesidades; mientras que el resto de las especies tienen que adaptarse para vivir en su ambiente. Pero, la diferencia fundamental es que los seres humanos tienen la capacidad de enseñar, siendo nuestra especie la única que se sirve sistemáticamente de la educación. Los humanos constituyen la única especie que enseña, o al menos que lo hace sistemáticamente y que ha sido capaz de hacer de la educación uno de los pilares de la supervivencia de la especie. Gracias a ella, los humanos reciben el conocimiento acumulador por las generaciones anteriores y no tienen que partir de cero. Educación y cultura están íntimamente ligadas ya que la educación sólo es posible mediante la existencia de una cultura, pero la cultura se conserva por medio de la educación, por lo que la cultura y la educación son dos términos interdependientes.

¿Cultura o genética?
En los animales la mayor parte de la transmisión de la información se debe a la herencia. La información está contenida en los genes. Sin embargo, en las sociedades humanas también cobra gran importancia la cultura. Por lo que, encontraríamos dos formas de transmisión de la información, una que sería la genética y otra que sería la cultural, y ambas estarían posibilitadas por la evolución.  En algunas especies animales sólo existe la transmisión genética, mientras que en otras tiene un papel importante la transmisión cultural, sin que la primera deje de ser fundamental.
La transmisión cultural resulta tan importante, que en las sociedades complejas se han establecido además instituciones educativas especializadas que tienen como misión contribuir y completar la acción espontánea de los adultos, de tal manera que una parte importante de la socialización de los niños se realiza en las escuelas donde pasan buena parte de  su tiempo durante el período de crecimiento.
A lo largo de la evolución de las especies se ha ido añadiendo a la transmisión genética una transmisión de tipo cultural, que no la sustituye sino que la complementa. La cultura puede modificar el medio y éste es el que controla la dirección de la selección de los genes.
Es difícil determinar cómo se adquieren determinadas conductas o conocimientos; es decir, es complicado determinar hasta qué punto una conducta es cultural o que se ha transmitido genéticamente. Por ejemplo, en cuanto al color de los ojos, de la piel, estatura está claro que se deben a transmisiones genéticas. Mientras que los gustos son culturales, es decir aprendidos a base de la experiencia; por ejemplo, el desagrado hacia ciertos sabores, se debe a una experiencia negativa. Así mismo, los valores, las creencias religiosas son adquiridos culturalmente.

Ahora bien, ¿La inteligencia se debe a la cultura o a la genética? ¿La inteligencia es innata o aprendida?
Primeramente, habría que definir y concretar qué es la inteligencia, ya que es un término abstracto y confuso. El hecho que sea un concepto muy amplio provoca que haya diferentes opiniones sobre si se aprende o si es innata.
Considerando la inteligencia como la capacidad para aprender y desarrollarse; visto desde esa perspectiva la inteligencia es innata, es decir todos los seres humanos nacemos con esa capacidad. Sin embargo, en el supuesto de que un bebé recién nacido sin la ayuda de adultos, dejando de lado que sería incapaz de sobrevivir ¿hasta qué punto sería capaz de aprender? Por ello, sería bastante complicado decir que la inteligencia es puramente innata o aprendida.
Personalmente, considero la inteligencia como producto tanto de la cultura como de la genética.

Bonner señala que existen tres diferencias fundamentales entre la transmisión genética y la transmisión cultural.
La primera se refiere a la forma de transmisión de la información. En cuanto a la transmisión genética, se produce cuando un individuo transfiere su información a un nuevo individuo a lo largo del proceso de reproducción. Esto tiene un gran inconveniente ya que la información sólo puede transmitirse a los descendientes, por lo que la eficacia de la transmisión será reducid; sin embargo tiene una gran ventaja ya que la transmisión se produce con gran seguridad y el individuo hereda los rasgos de sus progenitores. Por el contrario, la transmisión cultural que se realiza por medio del aprendizaje y la enseñanza no está sometida a esas limitaciones y el  individuo puede transmitir información a otros muchos con los que no está directamente vinculado.
La segunda diferencia radica en que los cambios en la evolución genética son generalmente muy lentos y requieren muchas generaciones, mientras que los cambios en la evolución cultural pueden ser rápidos. No obstante, los cambios rápidos de tipo cultura suelen ser superficiales y los que son más profundos se producen también con cierta lentitud.
La tercera diferencia es que, mientras los memes dependen por completo de los genes, los genes pueden existir y cambiar con bastante independencia de los memes. . Los genes existen por sí mismos mientras que los memes son posibles gracias a genes que los permitan. La cultura se produce porque existen genes que la hacen posible, pero sólo proporcionan la posibilidad,  pero no el resultado.


A su vez podemos distinguir varios tipos de aprendizaje:
  • Por un lado, encontramos un aprendizaje basado en el ensayo-error. Generalmente, el uso de este tipo de aprendizaje se realiza para resolver algún problema. Probablemente, el ensayo y error puro no existe en ningún caso, pues el organismo está guiado por alguna conducta innata que resulta más probable que otras. Pero si ejecuta una conducta y no consigue el resultado que busca, utilizará otra.  Este es un tipo de aprendizaje que se realiza en solitario, es decir que el individuo aprende por sí mismo. Este tipo de aprendizaje aparece en animales inferiores como son las hormigas o las ratas.
  • También, encontramos un aprendizaje basado en la imitación, donde un individuo trata de realizar la conducta que está llevando a cabo un congénere. En este caso, no se puede hablar de enseñanza, ya que el que despliega la conducta seguramente no la esté realizando para que el otro la imite; es más bien el que la aprende quien trata de imitar la conducta, quizá determinadamente por disposiciones genéticas. Este tipo de conductas se da en pájaros y mamíferos.  http://www.youtube.com/watch?v=ePbOj7Wy3Zw&feature=fvwrel
  • Por último, encontramos la imitación por corrección, donde el individuo que produce la conducta, corrige la imitación del que está tratando de aprender. Este tipo de aprendizaje se da en algunos primates superiores. Un ejemplo sería la madre que vigila a la cría y no permite que se aleje más de lo debido según la edad que ésta tiene. Nos podemos fijar en el caso del chimpancé que sube demasiado alto en un árbol y entonces la madre golpea el tronco y el hijo baja; sin embargo, no está claro que esto se trate de una corrección de la madre o simplemente de evitar que la cría se encuentre en peligro, siendo de este modo no se trataría de una enseñanza.  Bonner señala que la capacidad de enseñanza entre individuos está limitada por la capacidad de comunicación. Por otro lado, parece existir una relación directa entre la capacidad de aprender y el tamaño de la complejidad del cerebro.
  • Por último, encontramos la enseñanza intencionada, la cual se da únicamente en los seres humanos, y consiste en transmitir intencionadamente una conducta o conocimiento, para lo que tiene que tener una teoría de la mente del otro. Debe considerar los estados mentales del que aprende, sus dificultades y sus capacidades de comprensión para tratar de modificarlos. Esta forma de adquisición de conocimientos está directamente relacionada con la transmisión de la cultura. http://www.youtube.com/watch?v=4olTwaQbfgU&feature=related

Debido a que los seres humanos nacen con pocas conductas fijadas y pasan por un largo período de inmadurez y dependencia, tienen una gran capacidad para formar conductas nuevas. Así, los seres humanos no tienen características prefijadas de antemano, sus conductas están inscritas en su dotación genética, sino que deben aprenderlas después de llegar al mundo.
Además, un rasgo esencial de los seres humanos es que son animales sociales, y lo más sorprendente es que han sido capaces de acumular conocimientos, por lo que los individuos los reciben en el medio en el que se desarrollan.
El proceso de transmisión de conocimientos, normas, valores, ritos, conductas, tradiciones, etc., es entonces lo que se denomina educación.
El conocimiento, que está ligado al peculiar desarrollo de los humanos, es el arma principal de la que dispone el hombre para controlar la naturaleza y sobrevivir.

La especificidad de la enseñanza
Como ya se ha dicho anteriormente, lo característico de la situación de enseñanza – aprendizaje es que el tutor ha de ser capaz de situarse en la posición del que aprende y comprender sus estados mentales, es decir tener una teoría de la mente del que aprende. Mientras que, es imprescindible que el tutor tenga el propósito de enseñar, no resulta indispensable para el aprendiz. De esta forma, podemos observar dos situaciones, una en la que el aprendiz está realizando una tarea, y el tutor le ayuda en ella, sin que el aprendiz lo solicite, ni espere la intervención del otro. Pero, encontramos otra situación en la que es el aprendiz quien demanda la ayuda del adulto.

El tutor ha de tener en cuenta lo que el alumno no sabe  y descubrir dónde se encuentran sus dificultades, el tutor ha de situarse en la perspectiva del alumno y tomar conciencia, y de cuáles son los obstáculos que encuentra. Teniendo en cuenta todo esto, debe descubrir cómo intervenir para ayudar al aprendiz.

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